Para demostrarlo John Bohannon, biólogo molecular, se ha dedicado a enviar un falso estudio sobre el efecto de algunas sustancias extraídas de líquenes sobre células cancerosas. El estudio parece real pero está plagado de errores elementales. "Un revisor con unos conocimientos de química algo superiores a los del instituto y capacidad de analizar datos habría visto los errores inmediatamente. Los experimentos son tan increíblemente erróneos que los resultados carecen de sentido"
Entre enero y agosto, ha enviado el estudio a 304 revistas de las cuales 157 han publicado su estudio, solo 98 han rechazado la publicación y 49 aún no se han decidido, de estas 29 no han no han contestado, pero el resto han dicho que están valorando la publicación.
Bohannon ha creado varias versiones superficialmente distintas pero con el mismo contenido, conclusiones y datos. Para dar un barniz de verosimilitud ha creado un personaje ficticio, un investigador africano llamado Ocorrafoo M. L. Cobange perteneciente a una entidad también inventada, el Wassee Institute of Medicine. Incluso a hecho que la redacción del documento parezca de una persona cuya lengua materna no es el inglés que se ha ayudado del traductor de google.
El objetivo de este proyecto han sido revistas dedicadas a la farmacología o la biología, entre ellas European Journal of Chemistry o Journal of International Medical Research, algunas vinculadas a importantes grupos industriales como Elsevier (una de las mayores editoriales médicas). Muchas de estas revistas digitales tienen sedes fantasmas o sitan en países del tercer mundo, un tercio de ellas en la India y que parecen ser el origen de la publicación de estudios poco fiables o imprecisos.
Localización de la empresa que publica, de los editores y de los bancos con los que trabajan. |
Tal vez la publicación de este tipo de estudios en masa se deba a que cuando vienen publicados hay que pagar una "tasa de publicación" que oscila entre los 150 y los 3100$. Es de estas tasas de las que se mantiene la industria de muchas páginas open access, una nueva industria global, con editores y revisores de identidad oscura. El resultado final es; más publicaciones, más ganancias. Mientras que las publicaciones tradicionales se mantienen gracias a las suscripciones, que a veces son demasiado costosas.
"Si el objetivo hubieran sido las clásicas revistas de suscripción- dice David Ross, biólogo de la Universidad de Pennsylvania que dio el empujón a Bohannon para que realizara la investigación- se hubieran obtenido los mismo resultados. Pero sin duda el open acces ha multiplicado este tipo de revistas y el número de investigaciones. Todos pensamos que la consulta libre de sea una cosa fantástica, la cuestión es como lograrla de verdad".
El resultado es desconcertarte, según el test; el 60% de los papers publicados no pasa ninguna revisión colectiva. Y según lo observado parece que nadie ha ni siquiera leído las conclusiones del documento y normalmente las correcciones que se han pedido se han tratado de cuestiones de formato, ampliación del resumen o la aportación de más imágenes.
Solo 36 comités han presentado objeciones sobre el material científico de la investigación firmada por Ocorrafoo Cobange.
Con información de:
Science
La Repubblica
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