El gran cocodrilo marino fue declarado muerto el domingo para desgracia del pueblo filipino de Bunawan, que vivía de los ingresos que generaban los turistas que acudían a ver al gigantesco cocodrilo de 6.4 metros.
Sus restos, previa necropsia, serán embalsamados y puestos en un museo donde esperan que siga sirviendo de atracción.
Con información de; BBC
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